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Tengo uniformados a mis duendes que te enviaran mis aviones de papel en tu rescate. Y es que es bien sabido que el papel puede mas que gestos y una que otra frese cliché cantada al oido. Somos jóvenes que corren tras el tren de mediodía , ese mediodía mezquino que siempre esta nublado pero lo preferimos asi, el calor nos confunde, nos mal humoriza y se nos evapora el whisky de rabia. Lo bueno de todo es que cada nube que pasa por mi casa la verás tu tambien todo por culpa de la distancia, ay! esa distancia, esa distancia de tantos mares. Pero ya no me preocupo mucho, ya aprendi a hacer barquitos de papel en otras batallas que tuve en el año, me gustaba la idea de abandonar los avioncitos y cambiarlos por barcos, pero que mas da, al final siempre se vuelve al principio y vi uno que otro avion en la entrada de mi casa. Somos soñadores de corazón muy rojo, ya no hay barreras de peaje ni peros ni pistolas. Nada es tan imposible, el conejo de trix nunca se da por vencido. Yo aun no lo olvido, "insistir tiene su recompensa".