jueves


A ratos me siento tan ajena de mi misma como me sucede cuando salgo del cine y enfrentaba la realidad de la calle. Por largo rato deambulaba sintiéndome la heroína de la película convencida de ser tal o cual actriz, encarnaba con pasión el personaje, mirando a mi alrededor como si todo fuese una porquería que se confabulaba para sacarme de mi verdadero medio, el cine , la atmósfera, las fantasías recién vividas. Volvía a ser yo solo cuando la inmediatez y la trivialidad se hacían palpables y entonces me doy cuenta que no soy heroína, sino una villana buena pa` la heroína, por que a menudo se me esfuma la vigilancia interna y el resentimiento habla por mi, me quedo con mis ranuras en la conciencia y mis vomito líricos. Yo no quiero los servicios erectos de nadie prefiero fumarme un pito de esos que te hacen olvidar género y nombre y transforman mi voz en un sonido ronco y frió sonámbulo de invierno madrugador, Esto no estaría pasando ni yo estaría pensando si a la noche, no se le hubiera pasado la mano, si mis tiritonas mañanas no estuvieran tatuadas con hielo seco en mi piel.