jueves


La mañana fue apagando mis recuerdos. Oía de vez en cuando el sonido de las palabras y notaba la diferencia. Por que las palabras que había oído hasta entonces no tenían ningún sonido, no sonaban, se sentían, pero sin sonido. Como las que se oyen durante los sueños.
Me dejó coja y deshecha como pueden leer. Pero no me mató.
Me torció los ojos desde entonces, de la mala impresión, hambre literaria me dejó. Lo cierto es que me volví mas mujer, las pestañas quietas, quieto el corazón, he descansado del vicio de mis remordimientos. Nunca había sentido que fuera mas lenta y violenta la vida, como caminar entre un amontonamiento de gente. Es cierto, las caricaturas siempre me hacen llorar. Es cierto las mentiras siempre me hacen llorar.

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