Y al final de todo despues de tanto esfuerzo por entender, por abrir cada cosa, hurgar en ella y recorrer cada rinconde esta historia sucia, noto la humedad de mi llanto, recojo mis trozos perdidos, repaso con animo miserable los episodios que entre todos escribimos, caigo por una pendiente de insomnios ocultos y basuras olvidadas. Y me quedo con las mujeres de piel dulce y pelo fragante, con las matronas y las muchachas, con las suaves fieras de la naturaleza. Ellas son mi consuelo. Las mujeres saben con certeza lo que es el bien y es el mal. Ellas conocen el arte del silencio y la verdad del cuerpo. Los malos no las engañan.

El mundo , azul y rodeado de gases, podria dejar de fumar con solo salir a la calle y nada cambiaria. Un vasto horizonte de pajaros despide la linea de la primavera y saluda al otoño que se desplaza con pereza a traves del curso del año. Amanece y las parejas se sacuden las migas de la cama, los hombres se tocan a ver si la sangre repleta su mas preciado organo, las mujeres se recomponen el peinado, van al baño, toman desayuno. Hay que salir, irse, abandonar la casa, caer sobre la calle y flotar en la red de relaciones de mercado. Cada uno es una pequeña bolsita de deseos.